
Sergio Castillo
Esculturas de Sergio Castillo
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Sergio Castillo Mandiola
Premiado y destacado escultor chileno
Sergio Castillo Mandiola fue un escultor chileno muy importante, conocido por su trabajo con metal y por su influencia en el arte público. Sus obras, presentes en muchos espacios urbanos, reflejan creatividad, fuerza y una profunda conexión con la materia. Además, su enseñanza marcó a generaciones de artistas jóvenes que aprendieron de su técnica y visión.
Sergio Castillo nació en Santiago el 13 de mayo de 1925. En 1942 comenzó a estudiar arquitectura en la Pontificia Universidad Católica de Chile, pero pronto descubrió que su verdadera pasión era el arte. En 1948 viajó a París, donde estudió dibujo y pintura en la École nationale supérieure des beaux-arts y en la Academia Julian, dos escuelas de gran prestigio.
Durante su estadía en Francia, conoció distintas corrientes artísticas que marcaron su desarrollo como creador. En 1954 regresó a Chile y entró a la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde se especializó en escultura. Fue alumno de destacados maestros como Marta Colvin y Julio Antonio Vásquez, quienes influyeron en su formación. Más tarde, continuó perfeccionándose en Europa y en el Art Students League de Nueva York en 1956, donde fortaleció su técnica y exploró nuevos materiales.
Innovación en la escultura metálica
En 1957, mientras exponía en Italia, Castillo descubrió la técnica que definiría su carrera: el uso del metal como material principal. Empezó a trabajar con placas y piezas de hierro o acero, que unía mediante soldaduras para crear figuras y estructuras abstractas. Muchas veces usaba materiales reciclados o de desecho, dando nueva vida a lo que otros consideraban inservible.
Sus esculturas se caracterizan por la fuerza, el equilibrio y el movimiento. Las formas parecen flotar o tensarse, como si estuvieran a punto de transformarse. Esta forma de trabajar lo acercó al constructivismo, un movimiento artístico que combina arte, geometría e industria. A pesar de su estilo abstracto, también realizó obras figurativas más pequeñas, muchas de ellas centradas en el cuerpo humano y la figura femenina, con una mirada sensual y expresiva.
La carrera de Sergio Castillo fue larga y llena de reconocimientos. En 1997 recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas, uno de los mayores honores que se entregan en Chile. En 1964, creó la primera escultura abstracta instalada en un espacio público chileno, ubicada frente al Banco Edwards en Viña del Mar, lo que marcó un antes y un después en el arte urbano del país.
Entre sus obras más conocidas destaca “Erupción”, una pieza monumental que hoy forma parte del Parque de las Esculturas de Providencia en Santiago. Sus trabajos también se encuentran en plazas, universidades y museos dentro y fuera de Chile. Cada una de sus esculturas combina fuerza física y sensibilidad artística, mostrando cómo el metal puede transformarse en un lenguaje poético.
Además de su trabajo creativo, Castillo tuvo un papel activo en el mundo del arte. Fue presidente de la Asociación de Pintores y Escultores de Chile (APECH) durante la década de 1970 y, desde 1995, fue miembro de número de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Chile. Estas responsabilidades reflejan su compromiso con la promoción del arte y la formación de nuevos talentos.
Labor docente y proyección internacional
Sergio Castillo no solo fue un gran artista, sino también un educador apasionado. Desde 1967 trabajó como profesor en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde compartió su experiencia y su visión del arte con muchos estudiantes. Su enseñanza se basaba en la práctica directa: aprender haciendo, tocando los materiales, soldando, cortando y creando.
En 1968, gracias a una beca Fulbright, fue profesor visitante en la Universidad de Berkeley en Estados Unidos. Allí dio a conocer su técnica de escultura metálica y entró en contacto con el ambiente artístico norteamericano. En 1985 fue nombrado profesor permanente en la Universidad de Boston, donde fundó la Facultad de Escultura Directa en Metal. Desde esa universidad, impulsó un enfoque experimental que combinaba arte, ingeniería y ecología.
Durante su estadía en Estados Unidos, realizó obras monumentales en ciudades como Boston y Sausalito, contribuyendo al desarrollo del arte público en ese país. Su trabajo, tanto en Chile como en el extranjero, siempre mostró una búsqueda constante de nuevas formas, materiales y significados.
Sergio Castillo Mandiola falleció en Santiago el 19 de agosto de 2010, dejando un legado profundo en la historia del arte chileno. Su influencia sigue viva en los artistas que formó, en los espacios públicos que decoró y en la fuerza de sus esculturas metálicas, que parecen desafiar el tiempo.
Hoy, sus obras se consideran parte del patrimonio artístico nacional y continúan inspirando a quienes buscan unir arte, oficio y libertad creativa. Su vida demuestra que el arte no solo se mira: también se construye, se toca y se siente.

